Monday, March 02, 2009

hey
sabes qué
me quiero morir aquí mismo
pa puro descansar un poco

tengo ganas de dormir hasta desaparecer
sería bello
regalarle los recuerdos al cielo, al viento,
a cualquier nube que los mastique y los escupa en la lluvia

llevamos tanto tiempo
mis órganos y yo
tratando de tocar una canción que pegue
número uno del ranking sería bello
aunque sea por un minuto

es que mi alma es un camión de cervezas
vaciándose poco a poco sobre el pavimento

aunque sea el mismo sol quien quiera lamernos la sangre
nada nos hace especiales

el escudo que uso
mientras más lo uso quedo más indefenso

la noche más encima chupando sesos
es pésima aliada cuando no le prendes fuego entre las piernas

bésame desgracia
es lo mejor que sabes hacer conmigo

hazme el amor incluso cuando duermo

mi madre me escucha hablando de esperanza
mientras me mira con ojos tristes
reconociendo en mí las mismas frases de hace cinco años

es que ahí morí, me dan ganas de decirle
pero no es cierto
porque los fantasmas somos muertos flojos
que no han cumplido su pega, aún

debería irme a dormir
estoy borracho y escuchando canciones bellas
pésima combinación

saludos

GG
estoy más bajoneao que la chucha
no sé por cual de todas las cosas
en verdad las deudas me angustian
no tener ni uno pa pagar es terrible

es que el sistema anda más rápido que uno

entonces de qué estamos hablando
que yo sepa antes no había que pagar para vivir
o sea, siempre se ha debido trabajar
pero es idea mía o ahora no es tan útil trabajar?

estoy bajao
no quiero empezar a decretar cosas malas
la metafísica me lo impide
el secreto y todo eso
que te hace sentir igual que la iglesia
"si pecas, pagas"
tan creativos que son estos hueones
inventándole traumas a uno
pa que les creamos sus volás a pies junto
y les ayude a pagar las cuentas

lo bueno de esto
es que nadie lo va a leer
aunque se me acabe la cerveza
ya queda poca por cierto
y qué voy a comer mañana
y si hoy es 3 de marzo de 2009
qué voy a comer el 18 de julio de 2009?

ando con susto
de que las cosas no se den
que nada resulte
no sé, la conciencia debe ser
qué ridículo
si no he hecho nada malo
pero es que me dicen que sí
y me cagan

porque andar cagando a la gente?
no entiendo eso

filo
así no más es
me siento solo
me gustaría dormir tranquilo pensando que alguien me ayuda
pero puro piden
como si tuviera tanto que entregar

ella no me entiende
cree que no la quiero
pero no se da cuenta que lo único que necesito es ayuda
o sí se da cuenta
y le importa un pepino

por eso estamos lejos
si las huevás de a dos son de dos y no de uno
la verdad creo que no está ni ahí
porque pasar alegando cuando cacha que uno está como malabarista
tratando de hacer la gracia
teniéndose poca fe más encima
es mala onda en ese caso

cómo cambiar las cosas me pregunto
torcerle la mano al destino
o mejor dicho
usar el destino pa torcerle la mano a la mala cuea

algo debe haber
bloqueándonos las neuronas

qué será?
me pregunto
qué será?

MARZO 2009

Regreso.

Vuelvo aunque nunca me fui
pero el chip de verano se cambia por el de año hábil

qué encuentro:
cuentas
260 lucas de chilectra
60 lucas de costanera norte
mensualidad L
10 lucas autopista centra
mensualidad R
portadas DVD
pago de IVA
pago de boletas de honorarios
en fin
puro desorden

desorden nada más
no darle importancia a las cosas
patearlas

pero ahora ellas me patean
la cabeza
hay tanto por pagar
y tanto por hacer sin recibir recompensa

cuando será el día
en que caiga alguito del cielo

pa tapar los hoyos
pa decirle que se calle al mono cobrador de la conciencia

estamos demasiado vivos a la hora de las cuentas
dispuestos al dolor
a entregar eso que no se sintió
cuando se recibía
debimos haberle puesto freno al fuego
antes de llegar a quemarnos las sábanas mientras dormíamos

más solo que el universo en medio de algo
que no sabemos cómo se llama
a la hora de las cuentas

....

ya basta
la vida es eso en New York Planet
acostumbrarse es gratis
menos mal

Friday, February 06, 2009

Derecho

¿Por qué te crees con derecho a venir
follarme
y no volver a llamarme en días?

Me preguntó.

Tal vez me estoy acostumbrando
a mirar la revista porno
escoger una foto que me gusta
masturbarme y cerrar la página
justo después de irme, pensé

pero no se lo dije.

LA SUERTE DE LAS BONITAS

Claro.

Las bonitas tienen mala suerte.
Siempre hay bichos raros rondándolas
y casi nunca son bichos buenos.

Se posan, sacan y nada más.
Exprimen belleza.

Secan.

Esto es un recordatorio para escribir otra cosa
y no ser un bicho raro que sólo se posa en la frase
sin hacerla procrear.

Tuesday, January 20, 2009

Noche

siendo las 04:41 hrs., escribo.

por qué, para qué.
pues para nada, para eso se escribe.

quien le pide a uno que escriba?
el ego, nadie más
entonces desde ahí sale esto que tenemos adentro
clavado como lanza
como pequeñas lanzas que son las líneas que vamos dibujando con las letras
es que no podemos sacar la lanza que nos mata de una sola vez
así que la vamos sacando por partes
por astillas
y cada verso es una astilla de algo que antes nos mataba

pero seguimos vivos
viendo como pasa la noche sobre nosotros
justo antes de despertar a la ilusión de vida que nos entrega el sol
pero nada existe
sólo la gran noche extendida sobre este planeta y los otros
la memoria de las estrellas que olvidamos durante el día por el encantamiento solar

no existe un dios
y de hacerlo es un incompetente
sería imposible declararse, por ejemplo, dios de las hormigas
y creer en la posibilidad de conocer las acciones de cada una de ellas
encima condenarlas
o condecorararlas
que cómo claro queda al sólo mirar estas dos palabras
la segunda es solo una especie de elefantiasis de la segunda
léase elefantiasis como el aumento desproporcionado de una frase
originando distorisión

entonces tenemos condenar, condecorar y noche
tres conceptos tan similares si se les mira con el ojo de la locura

desde otro punto de vista entonces
podríamos decir
somos una especie de explorador espacial condecorado
condenado al extravío en medio de la inmensa noche del universo
una especie de Major Tom de la canción de Bowie
piensen esto
si nos miramos desde lejos
desde digamos, unos 400 millones de años luz
y nos vemos sólo a nosotros
excluyendo al resto de los habitantes de la tierra
qué vemos?
un ser desperdiciando sus posibilidades
moviéndose siempre sobre el mismo territorio
encerrado en circuitos tan extraños y predecibles como los de las abejas
perdidos en terreno conocido
atravesando al mismo tiempo distintos territorios
léase mentales, sentimentales, virtuales, laborales,
además de los geográficos
enfrentándose diariamente a obstáculos imposibles de prevenir

sería mucho más fácil ser un astronauta surcando el espacio
verlo todo demasiado lejos para llegar algún día
aprender a desarrollar la supervivencia comiendo polvo de estrellas
respirando cada vez que se pueda
pero con la certeza de que la soledad lo protegerá a uno de lo invisible

sin embargo
siempre somos eso
aquí o allá
a 400 años luz
estamos perdidos tratando de inventar un camino
o simplemente dibujando
sin saber nada de cartografía ni de mapas espaciales

ajenos a la convicción del tiempo
al peso de los relojes
en la zona donde la gravedad no existe

cuántas piernas tenemos?
me pregunto
si caminamos tantos caminos al mismo tiempo?
el espacio, el olvido, la noche, la memoria, las sensaciones?
somos pulpos espaciales
y nocturnos! no olvidar

seres nacidos de la nada
salmones enfilados inevitablemente a su punto de partida
peces de cualquier otra especie
con cerebros/percepciones
que son una parte infinitesimal del todo
cada vez más cerca de menos infinito
lapas pegadas al tiempo

algo puede ser positivo
vistos desde 400 años luz de distancia
también podemos ser estrellas
lo que quiere decir que la noche que vemos con frecuencia
y esos brillos ahí arriba
pueden ser los restos de un mundo explotado
los reflejos de cadáveres que flotan sin moverse
anquilosados a la órbita de la muerte

eso sería bello

morir y seguir brillando
hasta que el viaje del tiempo nos lleve tan lejos
que ya nada pueda verse

Tuesday, December 12, 2006

EL MUNDO ESTA LOCA

yo que inventé la felicidad para mortificarme
tengo sumamente claro que mi karma pesa
como todos los pecados del mundo
yo que eché a nadar mi espíritu en una leche
llena de meteoritos
tengo claro que no puedo llorar sobre la noche derramada
me amo
porque soy lo que nadie se atreve a ser
un Caín moderno
un espejo demasiado experto
en distorsionar las buenas intenciones
yo que me tenía tanto miedo a mi mismo de ser tan bestial
aquí estoy enfrentándome
mejor que san jorge contra sus dragones

y por eso amantes les advierto una cosa
comeré de vuestras pieles sin darles nada a cambio
os convertiré en divinidades pero nunca nadie les rezará una plegaria
en esta mi noche que tengo por corazón me comprometo
a ser honesto a la hora de hablar de infiernos
y tatuaré la verdad en mis venas que es el único lugar en donde
nunca se borra
amantes
denme caricias y les daré el azote por recompensa
pero tan suave
pero tan húmedo sobre las sienes que parecerá sinfonía de cuna
mi cariño disfrazado de cielo
en este tiempo amados míos la emoción exige esclavos y más
estos besos que tengo se pesan en quilates
y escudriñar en mi boca es ahorrarse
torrentes de sudor africano a la espera de un mísero diamante

el mundo está loca por mí
y no sé por qué me ama tanto
si soy la bestia de cuatro cabezas
peor que eso
el fantasma de un cuerpo que nunca tuvo alma

Monday, June 12, 2006

MORIR

Hace rato que extrañaba la sensación de morir. Así que decidí poseer a un tipo. Busqué en el directorio de posibles suicidas que Hoffa me trajo apenas se lo pedí y aparecía un hombre en Finlandia haciendo un asado en su casa. Solo.

Me pregunté cuántas cosas había en la cabeza de un hombre que decide hacer un asado en su casa estando solo. Sin darle muchas vueltas decidí poseerlo.

Entré en su cuerpo sin problemas. Estaba vulnerable. Lo pensé. Este tipo está vulnerable. Apenas la frase se dibujó en mi pensamiento un espasmo mental me sacudió (¿nunca les he contado en qué lugar me sitúo al momento de poseer personas?). La palabra vulnerable fue como un tsunami que recorrió su cabeza y hasta alcanzó a mojarme los pies.

El muy patético volteaba los pedazos de carne sobre la parrilla. A un costado suyo había una mesa. En ella: un cuchillo muy filoso, un tenedor, un plato, un pocillo de arroz, dos paquetes de cerveza (12 latas) y un revólver.

El tipo pensó en demasiadas personas, parecía haber vivido mucho a pesar de sus treinta años, o bien su cabeza estaba demasiado desordenada y la misma idea daba vueltas por su cabeza en repetidas ocasiones en un recorrido laberíntico sin salida.

Empezó a comer lentamente. Primero un par de salchichas, después la carne. Comió, masticó, miró a su alrededor hasta que un impulso repentino lo llevó hasta adentro de su casa. Se acercó al computador. Desde una lista de reproducción sonaba la versión de Round Midnight de Miles Davis + John Coltrane. Buscó en la lista seleccionada hasta que encontró el nombre de Marvin Gaye y junto a él el rótulo Mercy, mercy me.

Apenas empezó a sonar esa canción se acercó al revólver que estaba sobre la mesa. Lo tomó. Miró hacia adentro y el paisaje que había ahí era su casa sola, su computador sobre un escritorio de madera, un aparato telefónico, la luz de un ampolleta cayendo encima de una serie de libros que parecían abandonados hace tiempo. Mi vista se fijó por instantes en un bolígrafo reventado que descansaba como un hombre desangrado sobre una hoja de papel que estaba junto al aparato de teléfono. Una vez con el revólver en la mano se lo llevó a la sien. Su mente se aclaró de pronto. No pude oír ningún pensamiento, nada. Era como si todo se hubiese vaciado para dejar sólo la música, sólo un solo de saxo entrando a pulso tras un coro agudo que a ratos parecía parte de un repertorio de iglesia. De pronto un giro en la canción. El disparo.

El cuerpo cayó al suelo y pasaron unos segundos antes de que el ánima del hombre empezara a evaporarse hirviendo lentamente desde el cuerpo, lentamente hasta que la figura del tipo se dibujó sobre el resto de carne aún caliente.

La canción volvió a empezar. Sobre el cadáver el espíritu seguía en pié, yo había caído a un costado, pero no logró verme. Yo estaba listo para que apareciera LA PARCA y me lo entregara. Pero de pronto él me miró. Me miró y su mirada me traspasó. Pensé que LA PARCA había aparecido detrás de mí pero al voltearme vi y escuché al mismo Marvin Gaye, a su fantasma, cantando junto a un quinteto de músicos de piel negra y trajes blancos. Mercy, mercy me.

El recién suicidado caminó hacia ellos y en la imagen más ridícula de la que tengo recuerdo todos los músicos comenzaron a dejar ahí sus instrumentos. Y apareció LA PARCA, de la nada. De la nada se puso tras ellos y abrió una brecha en una de las paredes teñidas de noche, y por ahí salieron. Por la brecha que se había abierto recién. Por ahí salieron. Y me quedé escuchando la canción que empezaba a sonar de nuevo desde el computador, como si no tuviese final. Mercy, mercy me.

Me quedé sin nada que decir. Todavía estacionado sobre el cuerpo del hombre que había estado haciendo su asado en soledad, mirando hacia adentro de su casa, buscando un crucifijo o algo, algún signo que me explicara el por qué de ese perdón. Pero lo único que había era un bolígrafo. Un bolígrafo reventado y babeando gotas densas y negras sobre un trozo de papel.

Round Midnight comenzó a sonar otra vez desde el computador. La batería jugando con el bajo, el saxo soprano. El piano ensordecido. No había nada más que hacer ahí. Nada más que levantarse la cola y salir caminando. Nada más que retornar a una oficina del vigésimo quinto piso de un edificio de Miami, desde donde las noches parecen pasar inadvertidas para tantos hombres muertos, para tantos hombres muertos en vida, digo.

Friday, June 09, 2006

CABLE

Hay cosas: implementos cósmicos. Ahí están la Luna que es un regulador de estaciones. Es una perilla que se gira, ustedes no sabe eso, pero la luna, la romántica luna no es otra cosa que una perilla que se gira.

Otros artefactos: las estrellas. Las ilusiones estelares que debemos ir inventando construyendo a medida que ustedes pobres hombres se atreven a salir cada vez más lejos de su guarida cósmica.

De un tiempo a esta parte he estado sumido pensando. Me disfracé de cable óptico por casi tres semanas. Es una forma moderna que me inventaron. Poseí el cable que conecta todos los salones de Chat del mundo. Por mi cuerpo pasaron todas las plegarias atendidas y desatendidas, las invitaciones escandalosas, los planes de los amantes, de los asesinos, de los ladrones de la era cibernética, mis escamas se fueron transformando en cualquiera de los dos dígitos el cero o el uno: una sola transmisión me trajo de vuelta a los orígenes. No escuchaba tantas confesiones desde los tiempos de la guerra cuando los sacerdotes escuchaban extasiados y algunos masturbándose las confidencias más honestas jamás pronunciadas por hombres temerosos y seguros de encontrar la muerte en un campo de batalla donde las balas volaron como sus mismas almas asustadas sobre el campo que iba encendiendo luces en los tableros cementerios del mundo: el mundo anochecía y en todas las ciudades se prendían las luces de las casas para espulgar la noche, una nueva vida cobrada, un batallón un edificio iluminado de improviso por una muerte que donde apaga una vela enciende otra. Ustedes deberían ver las coreografías de la muerte. Verla dirigiendo ese baile arabesco al que se suman cada vez más intérpretes hipnotizados de la excitación de sus propias muertes, ese baile que se desarrolla por sobre todos los objetos del mundo, por sobre las camas de los niños, por sobre las calles y desde ellas, almas atravesando el planeta, hombres muriendo en los campos de medio oriente y saliendo inmaterializados por las calles de Santiago de Chile, por la avenida Alameda de noche y con el asfalto negro mojado para acompañar el chac chac chac del ruido de neumáticos aplastando. Así mismo suena el torrente de palabras que me atravesó el tiempo que estuve escondido bajo mis propias escamas, bajo la vaina plástica cobertora de cables coaxiales y de fibra de vidrio por donde circulaban los gemidos ya muertos después de ser emitidos por una mujer impudorosa. Directo hacia mí.

Eso casi me mata. Desde donde estaba no tenía acceso a nadie, estaba absolutamente escondido. De pronto a alguien se le ocurrió cortar el suministro. Dos hombres en la sala de controles del aparataje cibernético mundial debían hacer una reparación del sistema. Para eso debían cortar todo el flujo comunicacional durante cinco minutos, pero interrumpir la comunicación de todas las personas del mundo conectadas a través de un mismo programa computacional requiere una sincronía y un trabajo increíble. Uno de ellos iba dando la orden a medida que descolgaba a los hombres y mujeres que alrededor del mundo estaban sentados frente a un computador. Éstos se quedaban con expresión de sorpresa sin entender que le pasaba al sistema. Los hombres que trabajaban en ello seguían contando. Yo sentía menos alimentación, pero no me percaté. En un momento los desconectaron a todos. El barullo de las conexiones había bajado lo suficiente y pude escuchar a uno de ellos decir ¡ahora!, e inmediatamente después de eso un golpe seco, un corte en el suministro, el retorcerse de mi cuerpo por un delirium tremens instantáneo. Tuve que saltar de ahí. Una vez fuera toqué el cable del que había estado colgado, estaba muerto, y de repente volvió otra vez, el ruido, la vibración, la comidilla cruzando codificada a través de los cables. No volví a entrar. Es más, me alejé de ahí.

Ya en medio de una calle miré a mí alrededor. Ahí estaba otra vez. Gente, por todas partes. Cómo amo a la gente. Gente caminando de un lado a otro. Una mujer con vestido y sombrero rojos. Dos chicas escolares caminando y riendo. Una mujer joven con el cuerpo de una bailarina y el rostro de una Modigliani.

Era cosa de volver a empezar.

Thursday, June 01, 2006

SOLO

Esto es estúpido.
Estar aquí es estúpido.
Ya no quiero. No me gusta trabajar aquí. Me quiero rebelar. No me puedo rebelar otra vez. no me gusta se lo que soy. Me quiero rebelar. Me quiero rebelar otra vez. me quiero ir. Morir. Mor-ir. Mor-ir. No morir. Nacer. Nacer. Nacer. Tengo algo que late frío adentro un reloj despertador demasiado ocupado en espantar los espiritus que hacen mi corte en las mañanas de la boca abierta y negra sin dientes. Ya no traten de entender me. Morir pero no solo.

M M M MM M

Wednesday, April 26, 2006

LA FALLA CIORAN


No corremos hacia la muerte; huimos de la catástrofe del nacimiento. Nos debatimos como sobrevivientes que tratan de olvidarla. El miedo a la muerte no es sino la proyección hacia el futuro de otro miedo que se remonta a nuestro primer momento.
Nos repugna, es verdad, considerar al nacimiento una calamidad: ¿acaso no nos han inculcado que se trata del supremo bien y que lo peor se sitúa al final, y no al principio, de nuestra carrera? Sin embargo, el mal, el verdadero mal, está detrás, y no delante de nosotros. Lo que a Cristo se le escapó, Buda lo ha comprendido: «Si tres cosas no existieran en el mundo, oh discípulos, lo Perfecto no aparecería en el mundo...» Y antes que la vejez y que la muerte, sitúa el nacimiento, fuente de todas las desgracias y de todos los desastres.

20 de junio de 1995.

Cioran agoniza. Estoy en la oficina de Nueva York, verano. El teléfono magenta aparece en medio de la oficina, sonando. Ahí está el aparato, flotando en el aire, del tamaño de un televisor de 14 pulgadas. Me acerco y contesto. Es EL. ¿Estás al tanto?, me dice. Dudo entre mentir o no. Me decido por no hacerlo. Sí, estoy al tanto. Está a punto de morir. Escucho que da un resoplido del otro lado de la línea, un suspiro de abatimiento. ¿Y a donde lo vamos a derivar? Primero pienso en traerlo aquí, a mi oficina. El moribundo ha puesto en duda nuestra existencia y lo ha llamado Perro Celestial a EL y Proxeneta a mí. Tal vez deberíamos llevarlo al spa primero, y después traerlo a trabajar aquí, para que vea lo que se perdió. Así que digo: ¿lo quieres en el spa? Pero EL contesta: no lo quiero aquí, pero me gustaría traerlo a dar una vuelta antes de mandarlo a tu oficina, para que trabaje contigo. Joder. Este hijo de puta me copia hasta los pensamientos. Sabes perfectamente que estaba pensando en eso, le digo. Pero EL no me contesta nada, sólo dice de todos modos me gustaría que tú lo recibieras en el spa, y me lo presentas; después de tres días te lo llevas. Me parece bien el trato, así que le digo Ok, sólo porque va quedar para mí. Me cuenta que está todo preparado, que tienen una corte esperándolo. Supongo que Cioran no sabe lo que le espera.

Ansioso me traslado a su dormitorio en el hospital. Duerme sobre la cama con el ceño caído sobre los ojos cerrados, como rezando sus últimas plegarias, y la imagen me da risa. Una enfermera pasa delante de mí y le ajusta una mariposa que tiene enterrada en el brazo. Ella no me ve. De pronto veo aparecer a la Parca, sale de una pared, materializándose. Me mira. No le gusta que yo esté aquí cuando hace su trabajo. Así que me teletransporto al spa, aparezco en medio de una hilera de personas que sostienen un cartel gigante que dice “BIENVENUE EMILE”. Me salgo del grupo. En cualquier momento debería aparecer, pero no lo hace. Miro el reloj. Han pasado cinco minutos y nunca pasan más de tres en que el difunto llegue. Hago aparecer el teléfono magenta y llamo a Hoffa. Hey Hoffa, ¿Dónde está la Parca y Cioran? Hoffa me dice espere un momento señor, y en menos de cinco segundos vuelve a hablar: la Parca está ahora en Filipinas. Joder. La puta Parca no habla. Hoffa, ¿es que Cioran se ha recuperao? Hoffa me hace esperar otros breves segundos y me dice Jefe, Cioran está muerto, sus signos vitales están apagados y ya están retirando el cuerpo de la habitación del hospital. Mierda. Esto nunca había pasado. La explicación es lógica. La Parca lo conocía, y al verme ahí tiene que haber pensado que debía llevarlo de inmediato al lobby del edificio de Nueva York. Vuelvo a llamar a Hoffa. Hoffa, corre al lobby, la Parca debe haberlo dejado ahí. Hoffa me dice a la orden y me corta el teléfono. Me doy un paseo por entre la gente que lo espera. ¿Qué mierda hace Bonaparte aquí? El teléfono magenta vuelve a aparecer. Es Hoffa. Jefe, estoy en el lobby y no lo veo en ninguna parte. Mierda. Si no está aquí, y no está en el lobby de Nueva York, esta estúpida Parca se debe haber equivocado y de seguro lo tiene en el de Miami. Me voy a Miami. Aparezco en la calle. Por un momento creo que estoy visible, pero un vendedor de salchichas que está junto a mí no puede verme. Yo puedo verlo a él, claramente. Lleva un ángel muerto adentro. Entro al edificio. Espero encontrarme a Emile hablando con la recepcionista sin entender nada. Pero ella está sola. ¿Ha entrado alguien nena?. Ella me dice acaba de entrar un español, se llamaba Rebollo. Le pregunto si está segura, ella me dice que sí con la cabeza mientras mueve la mandíbula mascando su chicle. Me quedo ahí esperando un rato. No llega nadie de importancia. Hago aparecer el teléfono magenta y marco la X, para llamarlo a EL. Le digo: No ha llegado ni aquí ni a Nueva York… ni al spa… ¿o acaso ha llegado tarde? EL me dice. No, aquí no está. Y nos quedamos al teléfono sin decir nada por unos instantes. Lo que no quiere decir EL lo digo yo. Debe haber una falla. EL no contesta, al menos no de inmediato. Escucho que hace un ruido como un ronroneo o algo por el estilo, detesto ese sonido. No sé qué decir. Por fin declara voy a hacer que lo busquen por todas partes. Le digo que yo también. Y en seguida cortamos despidiéndonos como dos buenos compinches, como si nunca hubiese habido algún roce entre nosotros. Llamo a Hoffa. Hoffa, quiero que los movilices a todos; Cioran no está en ninguna parte, y eso no puede ser ¿me oíste? Hoffa asiente y antes de colgar escucho que da un grito como dándole instrucciones a remadores de una galera antigua. Me quedo descolocado. Decido subir a mi oficina a esperar.

Pasan tres horas. No se sabe nada de Cioran. Me asomo por el balcón con la ridícula idea de que lo voy a ver paseando por las calles con un mapa turístico en la mano, pero fuera de los turistas habituales no hay nadie. Al menos nadie que se le parezca a él. Pasan otras tres horas. EL no me ha llamado. Estoy pensando en eso cuando el teléfono magenta vuelve a aparecer. Es EL. ¿Apareció?. Es una pregunta estúpida, pero no me sorprende de su parte. No, no ha aparecido. Silencio. Por fin reconoce debe haber una falla. Mis palabras, otra vez me copia. Pues claro que hay una falla, si no, donde mierda se ha metido este... debe haber salido por esa falla, por algún tajo abierto en el sistema. Nos quedamos hablando trivialidades. No es necesario que me lo diga, pero ambos sabemos que compartimos la esperanza de que aparezca mientras hablamos. Pero pasan unos minutos de conversación y nadie nos interrumpe. Es más, me asomo por la puerta de la oficina y veo que algunos están mirando hacia adentro con cara de extrañeza. Hoffa aparece para interrumpirme. Jefe, hay algo que quiero decirle. Le digo a EL que volveré a llamarlo en unos minutos. Cuelgo el teléfono y lo hago desaparecer. Jefe, logré comunicarme con la Parca… me dijo que no lo vio salir. ¡¡¡¡NO LO VIO SALIR!!!. ¿Entonces donde mierda está?.

Han pasado once años en la tierra. Cioran no ha aparecido nunca en ninguna de mis oficinas ni en el spa. Nunca se ha vuelto a hablar de la FALLA CIORAN. Me acordé de esto porque acabo de recibir una llamada de EL. Me contó que había llegado un astronauta al spa y que le había dicho que en su último vuelo espacial, antes de explotar la nave, flotando en medio del universo, había visto algo que parecía un feto, con bolsa y todo. Una estructura redonda y ámbar que andaba a la deriva y con algo parecido a un niño en estado de gestación adentro. Cuando terminó de decírmelo dije involuntariamente: Cioran. Y EL me dijo: pensé lo mismo, o tal vez algo que habías inventado tú, fueron sus palabras. Le dije que no, que yo no había escrito nada parecido. Sólo dijo mmm y se despidió antes de cortar. Me lo imaginé colgando el teléfono y mirando hacia arriba después. Yo me asomé por el balcón. La brisa cálida me tocó la cara. Miré hacia el cielo. Traté de imaginarme algo parecido a un feto flotando en la noche del universo.

Monday, April 24, 2006

VERDE MUSGO



Sopor. Tedio. Nausea. Ser o no ser. Qué coño.
A veces me dan ganas de salir a pasearme por el mundo y andarme explicando por ahí, exponerme. Los copiones me tienen chato. Pinche Brian de Palma, se puede meter su Tony Montana por el culo. Nunca duermo, es verdad. Pero a veces logro hacer algo similar. Quedarme en el sofá, de frente al ventanal con la luz apagada o unas cuantas velas por ahí, dejando que entre la brisa caliente. Mirando cómo se mueven las hojas de las palmeras empalagosamente. Me dan ganas de apagar el televisor e irme a la mierda.

Mi oficina-dormitorio-sala de ejercicios está desordenadísima. Necesito una mucama. Hoffa trató de ordenar pero lo mandé afuera. No quiero verlo hoy. Le dije que no me moleste en todo el puto día. Necesito una mucama con traje de sirvienta y todo, con látigo. Necesito ser castigado. Necesito frío, prefiero que nadie me hable, que nadie me rinda pleitesía. Creo que voy a bajar y me voy a hacer una puta parada en la esquina, o peor, un travesti. Voy a vender las fellatios en un dólar y voy a prestar el culo por dos. O tal vez también por sólo un dólar. O tal vez todo por el mismo precio. Me voy a parar en la esquina con una minifalda de cuerina roja, medias negras, labios pintados de rojo, pestañas largas y abrigo de piel negra sin nada debajo. Esa puta voy a ser. O mejor voy a bajar y me voy a hacer un adicto al crack. Voy a ir por ahí con el mono comiéndome las entrañas mientras trato de sufrir, de sentir como un hombre alguna vez, algo que me anime, algo por lo menos. Voy a desfilar bajo las aceras iluminadas por postes de luz azul fosforescente, y mi piel bajo los ojos abiertos y ojerosos va a ser pálida, como un condón usado.

Mejor voy a salir así, tal cual. Patas de cabra, piernas peludas y rojas, olor a mierda de animal. Voy a construirme una espada del tamaño de esta puta ciudad y voy a volarlos a todos a sablazos, voy a despedazar los edificios, voy a cortar el tendido eléctrico, voy a hundir el suelo, voy a dejar la cagada, voy a cortarle el cuello a esta puta península de Miami y voy a dejar la isla de escombros flotando a la deriva. Todos peor que muertos. Muertos. Fantasmas.

Sí. Hoy no es mi mejor día. Lo sé. Me acuerdo cuando estuve con Henríquez. Estuvo sentado en una silla y podía ver como le corría por el torrente sanguíneo la coca y el alcohol, como echando carreras esos dos pequeños demonios sueltos dibujando la figura del hombre y encerrando todo lo que había dentro de él. Pero el muy hijo de puta se liberó. De pronto, tal como estaba, cabizbajo sobre esa puta silla de madera café oscura y la luz amarilla de una ampolleta de mala calidad, con los ojos abiertos, ladeado, como si estuviera en shock, como si fuera un autista. Pero empezó a tararear. Yo fumaba un cigarro. No esperaba algo así, pero el muy hijo de puta empezó a tararear esa puta canción y de repente, como si nada se puso de pié y caminó hacia una guitarra que estaba botada en el suelo. Hizo un acorde. El primero. Lenta y pastosamente. Pasó a otro, el muy hijo de puta. Empezó a llorar el maricón. Empezó a llorar y me sentí impotente, pude ver como se rompía la envoltura de mis pequeños demonios y salieron unos pequeños rayos verdes de su piel. Cantó la puta canción. La tristeza es verde. Esa puta canción es verde también. Verde musgo. Odio a ese hijo de puta. Hubiese sabido que me tenía en frente se habría cagado. Me fui de ahí, lo dejé atrás cantando con su puta luz verde. Yo salí. Tuve que salir. Apagué mi cigarro antes, en la mitad.

Esa noche caminé, al igual como quiero hacerlo ahora. Caminé bajo los focos fríos de una calle demasiado silenciosa. Arriba, el hijo de puta dormía. Saqué las uñas. Rasgué el pavimento. Rasqué la pared de un edificio que había a mi derecha. Me hundí en el suelo. Volví a la oficina. En la puta oficina, al igual que hoy, el puto calor de Miami entra por el ventanal abierto, y las cortinas parecen los vestidos de gasa de una puta petrificada cuando se mueven como despidiéndose de no sé qué, de no sé donde. El sofá. La vista. El cielo azul oscuro de la noche que parece anestesiada. Cioran tenía razón. Mientras se creía en el Diablo, todo lo que ocurría era inteligible y claro; desde que no se cree en él es necesario, a propósito de cada acontecimiento, buscar una explicación nueva, tan elaborada como arbitraria, que intriga a todo el mundo pero no satisface a nadie.

¿Saben por qué me odia? ¿Por qué me envidia el hijo de puta? Por que soy el actor que se pasea por el escenario. Él nunca se ha atrevido a preguntarse de donde vino. Yo trato de saber. Vende su cuento de ser un ser absoluto, de saber de donde viene todo, pero no tiene idea. Nunca se voltea para saber que hay detrás de él. Tampoco no tiene necesidad. Todo lo que hace lo hace siguiento patrones fijos, yo no. A mí las cosas me llegan y tengo que tirarlas a algún lugar, si no, me enfermo. Ese es mi trabajo. No siempre perseguimos la Verdad; pero cuando la buscamos con sed, con violencia, detestamos todo lo que es expresión, lo que tiene que ver con palabras y con formas, todas las mentiras nobles, mucho más alejadas de la verdad que las mentiras vulgares.

Quiero taparme sobre el sofá. Quiero una mucama. En este momento ver a una mujer con traje de sirvienta haciendo el orden en mi lugar resultaría ser el show más excitante para mí. Que no me hable. Que me deje leer o tomar un trago y darle unas miradas de vez en cuando. Que me deje fotografiarla si se agacha y anda sin calzones. Que se vaya sin decir nada. Que no me mire. Que me deje sentado sobre mi sofá, como el enfermo que soy. Mirando hacia fuera, los autos pasar. Y no quiero saber quien es quien. Qué nombres, qué actos. Quiero enterrar mi mirada allá atrás, allende la ciudad, en el horizonte negro. Quiero salir de la esfera. Traspasar. Vomito polvo. Es hora de sazonar emociones.

Thursday, April 20, 2006

PAPILONACEA Y EL SAPO

Desperté sintiéndome mal. Se lo dije a Hoffa. Me siento horrible, tengo una intoxicación estomacal al parecer. Hoffa me miró como preguntándose donde mierda estaba mi estomago. Lo miré fijamente y me dijo ya voy jefe. Y salió a buscar a la Papilonacea, la bruja de aquí, la curandera, la que me quita todos los males. Ella llegó con su habitual tenida verde fosforescente y me palpó el abdomen. No tienes nada señor, me dijo. De qué hablas mujer, ¡me duele! Reclamé yo. Entonces ella me dio su mirada esa de cuando no tiene mucho ánimo de mis ataques hipocondríacos y me dijo Ok, te traeré un remedio.

Y Lo trajo. Era un frasco de vidrio lleno de leche, y en la leche flotaba una rana de Darwin que nadaba como si la leche le provocara éxtasis. Ella me dijo bebe el contenido de este frasco y te vas a sentir bien. Miré el frasco. Al fondo tenía unos sedimentos, unos gránulos color café, lo que me imaginé eran la mierda del sapo. Miré a Papilonacea y me dijo bébelo, te sentirás mejor. Después de eso Papilonacea salió caminando con el ritmo de la persona que acaba de lanzar un dardo que sabe va a llegar y ni siquiera se queda esperando que eso pase ¿me explico? Qué de mí. Fui y bebí. O traté de beber para ser exactos, porque apenas me empiné el frasco el sapo me dio unos zarpazos con sus pequeñas uñas, directo a la nariz. Vaya sapo de mierda, pensé. Intenté de nuevo, mi dolor crecía más, lo único que quería era beber la bebida esa. ¡Hoffa, trae un tubo de papel higiénico, sólo el tubo de cartón! Hoffa salió del despacho como si lo hubiese mandado a provocar un aluvión (cosa que adora hacer) y en menos de tres minutos estaba de vuelta con un cartón tubular. Me lo puse en la nariz y traté de beber de nuevo. El sapo dio sus zarpazos, pero sólo tocaron el tubo. Así que bebí. Bebí, bebí, bebí y mientras lo hacía sentí como mi estomago se calmaba, era mágico en verdad. De pronto me dio asco seguir bebiendo. Sentí que había bebido demasiado, pensé a decir verdad, que estaba bebiendo leche con mierda de sapo, y la idea no me gustó para nada. Pensé si quería vomitar, pero no. La verdad me sentía de maravillas. Hoffa me miró con complicidad, como si me hubiese dado a probar una nueva chica y esperara mi opinión sobre ella después de tirármela ¿Y, jefe?¿Qué tal?. Muy bien Hoffa, muy bien… gracias. Le entregué el frasco y lo recibió con gusto, como si la preparación la hubiese hecho él. Salió del cuarto meneando su cada-vez-más-grande cola. ¿Será Hoffa mi sucesor?

Sucesor de qué. A dónde me voy a ir.

Tuesday, April 18, 2006

DITA



Las cosas no salieron como esperaba. Estaba en Madrid, en una cena en casa de los Ballfonts, con mi cuerpo de torero enfundado en un traje hecho a medida en El Corte Inglés, cuando de pronto el imbécil de Pedro Ballfont se le ocurrió la brillante idea de hacer una demostración de mi habilidad con los toros. Joder la hostia, pensé. Hace años que no toreaba. Me llevaron al ruedo y pues, me había tomado unas copas cuando un mozalbete me trae una capa roja. No quiero contar esto. Logré salirme poco antes de la embestida del toro. El boludo de Paco de Mallorca no alcanzó a reaccionar y el toro lo agarró de las bolas. Me quedé ahí merodeando un rato el espectáculo. Me gusta sentir la vibración que emite el morbo, sobre todo cuando viene de chicas bellas que sostienen un cóctel en la mano mientras ven a un hombre desangrarse en medio de un ruedo de tierra café oscura mezclado con las sombras de un lugar mal iluminado. Me quedé entre la gente un rato. Después me aburrí y me fui. Una sensación de tedio se apoderó de mí. La gente aburre, es verdad. Así que me fui de vuelta a la oficina en Miami. Afortunadamente Hoffa tenía todo en orden. Es que es muy eficiente este Hoffa.

Me di vueltas por la oficina, abrí el frigobar. Saqué un vodka que tengo guardado desde el 1512, cuando todavía no empezaban a destilarlo con carbón, lo que lo hace más fuerte incluso que el Absynthe. Bueno. Vaso en mano me asomé por el balcón. Ahí estaban las palmeras haciendo de techos a los focos que iluminaban una calle azul como esa noche. De verdad le quedaron bien algunos paisajes a este. Un auto pasó. Un Cadillac descapotable color blanco, reconocí a su conductor, un traficante. Iba acompañado de dos chicas, una negra y una colorina. Estacionaron fuera de una tienda de licores y mientras el tipo se bajaba ellas aprovecharon de poner un disco. De pronto empezó a sonar la música de Hung Up, en versión de Madonna. Cover de Abba. Tantos recuerdos me trajo. Abba, las fiestas imperdibles en la Studio 54. Ese era mi lugar favorito. La misma Madonna, en sus inicios, tiraba mejor que yo, casi. He estado con ella tres veces. Una delicia. Las chicas se pararon sobre los asientos y bailaron. Entonces me dije: Louis, lo que te hace falta es un polvo. Claro. No estaba con una mujer hacía un día. Ya era hora. Así que me metí a Internet a buscar a la chica del momento, y di con ella. No la había tocado hasta entonces, no había tenido tiempo, no sé. Dita Von Teese. Vi las fotos. Estaba deliciosa.

Llamé a Hoffa. Le ordené que averiguara inmediatamente el paradero de Dita Von Teese. Al minuto tenía la respuesta: Islas Canarias, de luna de miel. Mierda, me dije. De luna de miel. Y España otra vez. Tenía dos posibilidades: me metía en Marilyn Manson o aparecía de otro modo. Pero había un riesgo. ¿Qué pasa si Marilyn Manson es impotente? A ese no lo conozco, aunque me lo han achacado muchas veces. Todo un riesgo. Bien, me dije. Voy. Cerré los ojos. Los abrí. Ahí estaba Dita Von Teese, frente a mí, dándose un baño de tina, piel blanca cubierta de espuma. La miré largo rato, invisible. No me percibió. Marilyn jugaba playstation en la sala de juegos de su habitación de hotel. ¡Qué tío!, pensé. Pero bueno. HOMBRES. Examiné al Manson, invisible también. Decidí arriesgarme, y me metí en él. Joder la hostia, que mal estado físico. Caminé hacia la bañera y le dije a Dita: nena, es hora de hacer lo que vinimos a hacer. Ella me dijo, en un inglés muy rudimentario algo así como oh, nene, no quiero fotografiarme ahora. Y yo pensé ¡joder! Qué hace este tipo con esta mujer. Le dije entonces me refiero al sexo cariño, quiero estar adentro tuyo de una vez, o algo así. Ella me respondió ¿pero no estaba enfermita tu guaguis?. Mierda. Mi guaguis. Y peor aún: enfermita. Joder la hostia. Me toqué la cosa, y claro, era un guaguis pequeñito. Nada que no se pueda arreglar. Me bajé los pantalones y le dije este es mi verdadero guaguis y le mostré una copia que instalé por el rato de la verga de Shaquille O’neill. La cosa estaba negra. Pero a ella le dio lo mismo. Se quedó sentada bajo la espuma con cara de a qué hora llega la puta mucama con mi maldito cocktail. Mierda. Me aburrí de sandeces. La saqué de la tina y la tiré hacia la cama que estaba unos metros más allá. Al caer soltó un gritito, pero pude verla de cuerpo entero. Piel blanca. Tetas grandes. Pezones rosa pálido. Un culo increíble. Uno no se espera que una mujer con esas tetas tenga tan buen culo, me recordó a Margarita Cansino, antes de que la aconsejara de cambiarse el nombre a Ryta Hayworth. Bueno. La Von Teese estaba ahí, sobre la cama, dándose vueltas, sin saber si temer o abrirse de piernas. Qué hermosas piernas por lo demás. Salté sobre ella, unos tres metros. Pensé que trataría de huir pero nada. La monté y se quedó ahí, con los ojos abiertos, toqué la pared para que volviera a sonar Madonna, no creo que a ella le gustara eso, pero me dio lo mismo. De la pared salió el sónido de Hung Up a borbotones. La cama se movía. Pensé que en cualquier momento se me iba a escurrir pero de repente me agarró y sin sacarlo se montó ELLA sobre mí. Joder, pensé. Dita Von Teese sobre mí. Dita Von Teese meneando su cuerpo sobre esta alimaña, Dita Von Teese estirando los contorneados brazos sobre su cabeza, el pelo revuelto como el huracán Katrina, la cama remeciéndose, mi cosa negra clavada en su blanca piel, mi piel (o sea, la piel de Manson) blanca también. Me quedé quieto. Ella hizo unos movimientos pélvicos rotando sobre mí, otras cosas como de sacarlo entero y metérselo lentamente, sigue Dita, sigue le dije con mi propia voz pero pareció no notarlo. Ahí estaba su boca abierta bajo los ojos apretados por el puro placer.

Pero de pronto, el puto teléfono magenta se apareció sobre ella, sonando. La chica pareció no notarlo y se corrió. Yo me corrí también mientras el puto teléfono flotaba junto a nosotros vibrando, a punto de explotar. La tiré a un costado de la cama y contesté. Mierda! Quien molesta!. Un hilo de voz al otro lado. Perdone jefe. Era Hoffa. Mierda Hoffa, que quieres! No sabías que estoy follando con Dita Von Teese? Hoffa se disculpó. Perdón jefe, es que justo en este instante llamó Ratzinger para pedir un poco de ayuda. Curas de mierda. Dita estaba aterrada. Tuve que salir del cuerpo de su esposo para irme. Cuando me vio salir se desmayó y cayó de cabeza fuera de la cama. Manson quedó ahí, sobre la cama, apretujado como un estropajo. Putas labores.

Me fui de vuelta a la oficina de Nueva York. ¿Por qué mierda es tan fría Nueva York? Este cura me debe varias.

Dos días después volví a Miami. Estoy en mi oficina, mirando por el balcón hacia fuera cuando de pronto aparece Hoffa con una bandeja. Sobre ella una botella de Casillero del Diablo sauvignon blanc, reserva del 1981, y dos copas. ¿Qué es eso Hoffa?. Él me mira con un gesto muy malicioso que tiene y me dice Jefe, tiene visitas. Hoffa se acerca a la puerta y le dice a alguien adelante señora. Y aparece la propia Von Teese enfundada en un abrigo de piel blanco y con los labios pintados de rojo. Fue una descortesía dejarme de ese modo, Louis. Se abrió el abrigo y quedó en ropa interior de encaje negro. La brisa cálida de Miami entró por la ventana y la envolvió ascendiendo alrededor de su cuerpo como un remolino movido por la curiosidad. Se sentó en el sofá que está junto al balcón. Desde donde yo veía la imagen era: Dita Von Teese en la esquina inferior de una ventana donde en el fondo aparecía la noche azul y una luna redonda y blanca. ¿Y tú esposo Dita?. Hoffa se le acerca y le ofrece cigarrillos. Ella toma uno y Hoffa se lo enciende. Hoffa se retira. Marilyn cree que vine a una sesión de fotos. Dita termina de decir eso y me mira fijamente, sonriendo. ¡Sonríe!. Y yo soy Louis Cyphre, pero tiemblo.

Sunday, April 16, 2006

ULLLLTRA



Que mierda puedo escribir. Quiero escribir, lo necesito. Estoy volado, música suena, la Sade (me encanta ella) It Is a Crime y yo no puedo creer lo romántico que me pongo a veces, me dan esas cosas ¿no? como ganas de sentir la música y el saxo y largarme a escribir puras huevadas. Pero bueno, me sirve de vacaciones. Aunque estoy a punto de jubilarme, ya terminamos el quinto rodaje y quedó de maravilla. A este le puse un final un poco más afectuoso, por decirlo de alguna forma. Salvación para la humanidad. Todos equilibrados, conversando como el director dice, y ya no hay guerras, por supuesto, ni fiestas, nada, todo está tan tranquilo como una tarde de viernes santo. Pero cae un cometa gigante y todos mueren. Pero mueren felices, y en paz.
Georges Brassens. Le encantó venirse a vivir conmigo un rato. Pero ya le di vuelo, parte pronto. Ahora lo vamos a tirar a nacer a Argentina creo. No me acuerdo bien.

Hay veces que la gente me aburre. Cuando quiero salir un poco de la oficina y dar una vuelta por el balcón con vista a las palmeras de Miami. Me encanta Miami, el clima es delicioso todo el año. Bueno, casi todo el año. Pero la mayoría del tiempo. Me gusta que el cielo se vez azul y las palmeras con hojas muy verdes suban por el paisaje al ritmo de Jungle Booggie de los Kool & The Gang. Me gusta Kool & The Gang. Debo reconocer que para hacer el final de todo me inspiré en lo que le pasó al Kripton de Superman. Incluso, pedí que el último líder de la tierra y único en ese ambiente de paz, pues, pedí que fuera igual a Marlon Brando. Y vestido de blanco y peinado hacia atrás y todo. Me gusta Brando, lo pasé increíble escribiéndolo. Es que ustedes no saben pero lo mejor es escribir sobre bisexuales. Son tan promiscuos. Me encanta esa promiscuidad, me siento cómodo trabajando con ella, esa capacidad camaleónica de meterse en varias situaciones, es fácil trabajar con ello, los tenemos merodeando entre allá y acá y pues, que ahí siempre hay diversión, y dolor, y diversión otra vez y todas esas cosas que le gustan a ustedes ¿no?

Así como si nada pasamos a George Michael. Me soprende que me guste esta canción, es tan… no sé. Kissing a Fool se llama. Me gusta la voz de este tipo y esta canción la encuentro pues, un poco pretenciosa o glamorosa. ¿Glamorosa? ¿Una canción puede contener glamour? ¿Qué mierda es el glamour?

Tengo rabia, hoy más que ayer y que antes de ayer y que todos esos putos fucking days que me dan tanta rabia por la chuchette. ME CARGA QUE ESTE HUEVON SE JACTE CON LO QUE YO HAGO. ES MI TRABAJO. El lo único que hace es poner la firma. Qué mierda. Es lo que hay. Yo elegí ser quien soy, y es tan ridículo que no tenga nadie que quiera reemplazarme, además, ¿A dónde mierda me voy a ir? ¿A vivir qué tipo de vida? ¿Una humana?

¿UNA VIDA HUMANA?

No, gracias. Prefiero seguir aquí. Cagado de calor en mi puta oficina ULLLLLLTRA moderna. Me traje una flaquita. Calienta casi tanto como la de Bertoni. O mejor. Sí. La verdad es que calienta más. Está deliciosa. Me la quiero comer. Tengo hambre. Esta noche voy a tomar el cuerpo de un torero. Y me voy de fiesta.

OVO



Ustedes no lo saben, pero el que trabaja soy yo. Mi socio se lleva los aplausos, las loas, las estatuillas y para mí, pues nada. En nuestra productora yo escribo los guiones, y estos fatuos cineastas se creen que ellos se las saben todas, pero no tienen la mayor idea de nada, además, es mi pega hacer que los espectadores no se aburra, porque ¿se imaginan si el mundo fuera un lugar de ensueño? ¿Quiénes querrían vivir ahí?